Se usen prismáticos o telescopio, conviene asegurarse de que la óptica está sostenida con firmeza, porque los telescopios que bailan y tiemblan no muestran los detalles con claridad. El nivel de turbulencia atmosférica determina lo que puede llegar a verse. Por lo tanto, no hay que observar de manera que la visual pase por encima de tejados o aparcamientos, porque el aire caliente ascendente perturbaría la visión.
Hay que empezar con los mínimos aumentos disponibles para incrementarlos luego a medida que vayan llamando la atención unos detalles u otros. Si la imagen se torna inestable deberán reducirse los aumentos hasta que los detalles vuelvan a mostrarse bien definidos.
Observar la Luna llena completa resulta casi doloroso debido al intenso brillo de su disco, y algunos observadores telescópicos usan filtros grises para reducir el resplandor.
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