El hombre importante de esta campaña de observaciones fue William Herschel, el primer astrónomo que llevó a cabo observaciones agudas y sistemáticas del universo más allá del sistema solar, donde está la mayor parte de lo que existe. Herschel nació en Hannover el 15 de noviembre de 1738, hijo de un músico de intelecto activo que enseñó a sus seis hijos a pensar por sí mismos, estimulando acaloradas discusiones en la mesa sobre ciencia y filosofía, y llevándolos al aire libre las noches despejadas para enseñarles las constelaciones. En la guerra de los Siete Años, el joven de dieciocho años Herschel tocaba el oboe en la unidad de su padre, la banda de los Guardias de Hannover. Marte odia la música y la banda era superflua en la batalla. "Nadie tenía tiempo de ocuparse de los músicos", recordaba Herschel a su manera inexpresiva. "No parecían ser deseados." Durante un tiempo deambuló en medio de la matanza en un esto de abstracción como el de Buster Keaton en El general. Luego, un día, cuando las tropas francesas estuvieron a un tiro del fangoso campo donde estaba acampada la banda, el padre de Herschel aconsejó a su hijo que se marchase, y el muchacho, obedeciendo, abandonó la guerra. "A nadie pareció importarle", señaló.
Huyó a Inglaterra, donde el rey era Jorge II, sin intereses políticos pero indiscutiblemente hannoveriano, y allí prosperó. El inglés de Herschel era excelente, y su talante franco y afable. "Tengo la suerte de hacerme de amigos en todas partes", escribió a su familia. Prosiguió su educación leyendo intensamente; muchos años más tarde le contaría a su hijo John que una vez, mientras iba leyendo a caballo, de pronto se encontró de pie en el camino, con el libro firmemente en la mano: el cabo le había tirado en un perfecto salto mortal en el aire. Su mente era suficientemente vigorosa como para impresionar a personas como Hume, pero utilizaba su saber de modo bastante entretenido para prosperar en la sociedad londinense. Su éxito en el campo musical se benefició del precedente de su distinguido compatriota Georg Frederick Händel, y a los treinta años Herschel fue nombrado organista de la capilla de Bath, un distinguido puesto en el que podía esperar permanecer cómodamente por el resto de su vida.
Pero él se sintió insatisfecho. La música no era suficiente; sabía que no era ningún Händel, y no se contentaba con la mera facilidad para ella. "Es una lástima que la música no sea cien veces más difícil como ciencia -escribió- ... Mi amor a la actividad hace absolutamente necesario que esté ocupado, pues el ocio me enferma; me mata no hacer nada."
Halló su plenitud siguiendo el camino de Kepler y Galileo a través del puente que lleva de la música a la astronomía. Como muchos astrónomos aficionados antes y después, empezó leyendo libros de divulgación científica. Le impresionaron particularmente Astronomy Explained Upon Sir Isaac Newton's Principles, de James Ferguson, y A Compleat System os Opticks, de Robert Smith.
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