Algunos prismáticos tienen marcado el campo que cubren en grados, aunque en ocasiones no lo dan en grados, sino en metros abarcados a 1000 m de distancia. En estos casos, divídase el campo que abarcan a 1000 m entre 17,5 para obtener el campo en grados. En el ejemplo anterior, el campo es de unos 7 grados.
Hay prismáticos dotados de oculares de campo amplio que proporcionan campos mayores de lo normal, quizá 7 ó 10 grados para modelos de 10 aumentos. La calidad de imagen se resiente a veces en estos modelos, que muestran estrellas distorsionadas en los bordes del campo. Estos oculares suelen reducir también el relieve ocular. Si se buscan unos prismáticos con un relieve ocular cómodo, campo amplio e imágenes de calidad, hay que pagar precios más altos.
Existen dos tipos de prismas para binoculares. Los prismas de Amici dan al aparato la forma de una H con lados rectos. Los prismas de Porro confieren a los gemelos el perfil clásico en zigzag, o en forma de N. Para usos astronómicos suelen ser preferibles los prismas de Porro. Los modelos baratos dotados de prismas de Amici pueden inducir molestos destellos en forma de puntas en las estrellas brillantes, aunque los modelos de calidad dan buenos resultados. Los binoculares con prismas de Porro fabricados en vidrio BAK4 ofrecen campos mejor iluminados que los producidos con el vidrio BK7, más barato.
Los prismáticos ofrecen imágenes mejores cuanto más estables se sostengan. Así, podrán apreciarse estrellas más débiles y detalles más finos. La manera más simple para asegurarse de ello consiste en sentarse en un sillón y apoyar los codos en los brazos del asiento sosteniendo los binoculares entre las manos. Una alternativa mejor consiste en acoplar los prismáticos a un trípode fotográfico, siempre que el trípode sea lo bastante sólido. Los trípodes ofrecen firmeza, pero dificultan la observación de las áreas más altas del cielo. Para obtener vistas cómodas de las regiones más elevadas, pueden buscarse soportes con brazos voladizos, que sostengan los prismáticos apartados de la vertical del trípode, de manera que el observador pueda colocarse debajo de los binoculares.
Los trípodes resultan imprescindibles para binoculares que alcancen las proporciones de 11 X 70. Pero los modelos más pequeños también ofrecen vistas mejores cuando se apoyan en trípodes.
Los cúmulos estelares constituyen objetos ideales para observar con prismáticos. Éste es el Joyero, justamente famoso por el atractivo contraste de colores de sus miembros, concentrados en un cúmulo con forma de A. La contemplación de este objeto mejora con prismáticos grandes, de entre 10 y 20 aumentos.
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