domingo, 23 de diciembre de 2007

Los prismáticos I

Si se desea contemplar las maravillas del cielo más de cerca, los prismáticos ofrecen un billete económico a las estrellas. Son más baratos y más sencillos de usar que un telescopio de grandes aumentos.

Los telescopios son el símbolo de la observación astronómica. Pero, sorprendentemente, la mayoría de los aficionados con experiencia recomienda no adquirir un telescopio como primera pieza del equipo. Aunque los telescopios ofrezcan grandes aumentos, esa misma potencia dificulta apuntar con ellos. Con prismáticos resulta muy fácil localizar objetos celestes, gracias a sus aumentos reducidos, amplio campo de visión y a que muestran imágienes derechas. Si se dedica un año a explorar el cielo con prismáticos se adquiere una preparación mejor para encontrar más tarde los objetos con un telescopio.
Muchos aficionados principiantes se sorprenden de la cantidad de objetos que pueden verse con prismáticos. Las observaciones con prismáticos y desde un lugar oscuro ponen a nuestro alcance cúmulos estelares brillantes, bastantes nebulosas, varias galaxias (entre ellas la bella galaxia de Andrómeda) y muchas regiones repletas de estrellas a lo largo de la Vía Láctea.

Los prismáticos portan identificaciones numéricas del tipo 7 X 50. El primer número representa los aumentos (en el ejemplo, 7). Hay modelos que ofrecen hasta 16 ó 20 aumentos, pero tanta potencia acarrea inconvenientes, porque el campo de visión se reduce y dificulta localizar objetos, y la vibración de las manos emborrona las imágenes.
El segundo número corresponde a la abertura de las lentes frontales, en milímetros. En comparación con modelos más pequeños de 35 ó 42 mm de abertura, los binoculares de 50 mm ofrecen imágenes más luminosas, algo fundamental cuando se persiguen objetos débiles en el cielo nocturno. Aunque el mercado ofrece prismáticos mayores, con lentes de hasta 60 y 80 mm, son muy pesados y cuesta sostenerlos.

La mejor elección consiste en un par de 7 X 50 o de 10 X 50. Ambos ofrecen un buen equilibrio entre aumento, luminosidad de la imagen y ligereza. Hay que evitar los prismáticos de foco fijo y los que poseen aumentos variables (zoom), porque ofrecen imágenes de calidad insuficiente cuando se trata de observar objetos de aspecto puntual como las estrellas.
Los prismáticos más grandes portan especificaciones 11 X 70, 20 X 80 o incluso 25 X 100. No suponen una buena elección para principiantes debido a su coste, comparable al de un telescopio pequeño, y por la dificultad de su manejo. Pero ofrecen panorámicas del cielo que colman la vista, y los observadores serios deberían considerarlos como una alternativa.
Una especificación muy importante para muchos usuarios es el relieve ocular, esto es, la distancia que debe mediar entre los ojos y los oculares para ver el campo completo. Los observadores que usen gafas para ver de lejos pueden encontrar más cómodo llevarlas puestas durante la observación con prismáticos. En ese caso hay que elegir binoculares al menos 18 ó 20 mm de relieve ocular, y con oculares terminados en solapas de goma replegables. Los modelos con estas características dejan bastante espacio entre el ocular y el ojo para que éste quede a la distancia adecuada para ver todo el campo, incluso con las gafas superpuestas. Si no se usan gafas, al extender las solapas de goma los ojos quedan de nuevo a la distancia correcta.

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