Los observadores ubicados en latitudes extremas boreales o australes pueden presenciar de vez en cuando el espectáculo de las auroras polares. Estas cortinas ondulantes de luz coloreada se observan mejor a simple vista.
Cuando se aprecia un breve rastro de luz que cruza el cielo nocturno, probablemente se trate de un meteoro, o "estrella fugaz". La Tierra atraviesa en fechas predecibles del año el rastro de polvo dejado por un cometa. Entonces se produce una lluvia de meteoros.
Los meteoros apenas duran segundos, pero si se ve una estrella que se desplaza lenta por firmamento, lo más probable es que se trate de un satélite artificial. Hay centenares de satélites alrededor del planeta. Aparecen durante los crepúsculos, cuando reflejan la luz solar que baña sus órbitas a cientos de kilómetros de altura sobre el suelo. La Estación Espacial Internacional, por ejemplo, puede aparecer más brillante que cualquier estrella natural del cielo, a medida que se mueve lentamente por el firmamento de oeste a este.
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