jueves, 31 de enero de 2008

M2 = NGC 7089

Cúmulo globular.
Constelación: Aquarius.
Magnitud aparente: +6,5.
Tamaño aparente: 16,0 min de arco
Distancia: 38.000 años luz.
Mejores meses para su observación: de junio a octubre.

Puede localizarse en la zona occidental de Acuario, con binoculares o un buen mapa del cielo, en zona pobre. Por coordenadas, son seguras estrellas de referencia delta Peg. (moverse 11 m O y 10º 40' S), o beta Aqr., al SO del conocido asterismo del "Jarro" (moverse sólo 2m E y 5º 15' N).



Por sí solo, M2 destaca sobre el fonde del cielo sin necesidad de mucha búsqueda; es un magnífico objeto, sin rival en varios grados a la redonda. Asequible a todos los instrumentos, admite un aumento de tipo medio. En ningún caso llegaremos a los 13' de diámetro que muestran las fotografías obtenidas por grandes telescopios. Por otra parte, el diámetro aparente de M2 varía mucho en función de la abertura que empleemos, puesto que, como todos los globulares de espectro "temprano" posee un fuerte grandiante luminoso, con un centro muy brillante, una periferia cada vez más difuusa y un extenso halo que puede confundirse con el fondo del cielo. Los aficionados suelen preferir cúmulos globulares de escaso gradiente, por su mejor definición; pero los de bordes difusos, como éste, se prestan a más interesantes estudios de distribución estelar, que ofrece en ocasiones muy notables irregularidades.


El citado gradiente queda bien de manifiesto en el estudio de líneas isofotas realizado por W. Lohmann: el minuto cuadrado que encuadra el centro de figura proporciona el 37% de la luminosidad total, mientras que si nos alejamos de ese centro, la luminosidad por minuto cuadrado es sólo en 0,02%. Por ese motivo, con una abertura de 10 cm es difícil pasar de un diámetro aparente de 6'.


Otra cosa ocurre con abertura de 20 cm, y mejor todavía si pasa de los 30. No es que el cuerpo del cúmulo crezca exageradamente: puede alcanzar, y no más, unos 9' de diámetro, pero se hacen visibles las estrellas del halo, que son, por circunstancias no del todo conocidas (pero que se dan más en los cúmulos de espectro F que en lo más típicos de espectro G), las más luminosas de todo el conjunto: de la 12 y 13 magnitud, mientras que las del cuerpo central oscilan entre la 15 y la 18. No supongamos por eso que M2 parece un cúmulo circundado por esas estrellas brillantes, sino que -puesto que el halo es esférico-, se muestra inmerso en ellas. En otras palabras, las estrellas más brillantes que podemos distinguir sobre el cuerpo son un efecto de proyección, y pertenecen en todo caso al halo.

Así, con buena abertura, M2 puede ofrecer un aspecto muy curioso, que ya Herschel advirtió al anotar "una bella nebulosa rodeada por estrellas que parecen finísimos granos de arena". Por cierto que una de esas estrellas es una de las pocas variables RV Tauri detectadas en un cúmulo globular: ésta, descubierta por A. Chévremont oscila entre las magnitudes 12,5 y 14, en un período medio de 67,09 días. En el máximo es justamente la estrella más brillante del conjunto, hasta el punto de que, en apunte de J. Hogg, "modifica sustancialmente el aspecto del cúmulo".
No pensemos que las estrellas débiles del cuerpo central son poco luminosas; como que nuestro Sol, trasladado a M2, aparecería de magnitud 21,5. Se trata por tanto, de un cúmulo muy potente y muy luminoso, que desafía orgullosamente una distancia mayor que la que nos separa del centro de la Galaxia.
Digamos por último que M2, como la mayoría de los "cúmulos blancos", presenta algunas notables irregularidades en su estructura; una de ellas, apreciable ya con abertura de 10 cm, es una especie de banda oscura que corta el borde NE, como una línea de llamativa discontinuidad. No se trata de un efecto óptico, puesto que aparece también en fotografías, sobre todo de no muy larga exposición. No debemos pensar en la presencia de alguna nube oscurecedora, sino en la un principio de desgajamiento, inducido tal vez en tiempos lejanos, por la acción gravitatoria de otro cuerpo masivo. Hoy M2 se encuentra más cerca del polo sur que del ecuador galáctico; pero hace 200 millones de años (y no por única vez) debió cruzar ese ecuador. Entonces pudo haberse producido cualquier accidente.

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