sábado, 26 de enero de 2008

La vida de Charles Messier III

En septiembre de 1760, cuando observaba la zona de Acuario -por donde había pasado el Halley- encontró otro cometa, éste de cabellera perfectamente redonda, que en noches sucesivas demostró seguir el mismo comportamiento -o falta de comportamiento- que el de dos años antes en Tauro: no se movía. Otra maldita nebulosa.

Por fin, en 1764, descubrió un hermoso cometa, luego famoso, que le llenó de orgullo; pero semanas más tarde -el 3 de mayo- encontró otra cabellera redondeada en Coma Berenices (M3), que le recordó la de Acuario, pues eran sumamente parecidas. Sospechó que no se trataba de un cometa, sino de otra nebulosa, y acertó. Fue entonces -y no antes, contra lo que se cree- cuando decidió hacer un catálogo de objetos nebulosos para evitar futuras confusiones: no sólo para su propio uso, sino para que otros colegas no perdieran el tiempo observando noche tras noche objetos fijos, es decir, objetos inútiles.

Es curioso. Messier inició la elaboración de su Catálogo en mayo de 1764, movido por su odio a las inoportunas "nebulosas", para evitar que nadie cayera en la trampa, y pudiera esquivarlas cuidadosamente; sin embargo, y como era un cazador nato, puso tal entusiasmo en la búsqueda de tales objetos, que acabó encariñándose con su nueva tarea. Primero anotó sólo "nebulosas que observadas al telescopio tenían aspecto de cometas"; luego, "nebulosas y cúmulos de estrellas, que pudieran, observadas con pequeños instrumentos, confundirse con cometas"; y por último, "cúmulos de estrellas que a simple vista pudieran ser tomados como cometas". El parecido con cometas acaba resultando casi un pretexto. Según Alan Mac Robert, Messier acabó incluyendo en su Catálogo a las Pléyades, porque cuando están próximas al horizonte pueden confundirse con un cuerpo difuso; pero el pretexto puede parecer ya un poco forzado. Sea lo que fuere, Messier se lanzó a la búsqueda de objetos difusos en el cielo, se parecieran o no a cometas.

Sin ser consciente de ello siquiera, dio un paso de gigante en la historia de la Astronomía. Hasta entonces, todo se reducía a Astronomía de posición: planetas, cometas, zodíaco, trayectorias, eclipses, efemérides, calendario, ajustes, anomalías. Desde aquel momento, la Astronomía consistía en la búsqueda y observación sistemática de objetos celestes fijos, su descripción y análisis. Inadvertidamente, había dado el primer paso en un nuevo campo de asombroso porvenir: la Astrofísica. El segundo paso lo dio poco despues William Herschel.

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