Para encontrar una estrella o un planeta hay que saber estimar posiciones en el cielo, así como familiarizarse con la escala astronómica de brillos. Una vez hecho esto, los datos de un anuario astronómicos, como por ejemplo, "Júpiter 5º, al norte de la Luna brilla con magnitud -2.5", dejan de parecer una jerga y se convierten en información útil. Las manos ofrecen un método sencillo para medir distancias en el cielo. Si se extiende el brazo por completo, el pulgar de la mano abarca 2 grados, un puño 10 grados, y la mano abierta del todo cubre 25 grados.
Muchos se preguntarán cómo describir el tamaño del Carro o su situación. En astronomía se utilizan grados angulares. Un ángulo de 90 grados (90º) cubre la distancia entre el horizonte y el cenit, que es el punto situado arriba en la vertical. Un ángulo de 45º nos lleva a media altura en el cielo. Si se abre la mano del todo con el brazo extendido, la distancia entre las puntas de los dedos meñique y pulgar cubre unos 25º. Este es también el tamaño del Carro, y sólo un poco menos de la distancia que media entre la estrella Polar y las dos estrellas del Carro que apuntan hacia ella.
El puño, con el brazo extendido, tiene 10 grados de anchura, mientras que el grosor del dedo pulgarcorresponde a unos 2 grados. Mucha gente piensa que la Luna tiene más o menos la anchura del pulgar, pero si se hace la prueba se constata que la Luna mide sólo medio grado, o 30 minutos de arco (30'). El ángulo más pequeño que se puede llegar a discernir (o resolver, en la terminología astronómica) a simple vista mide alrededor de un minuto de arco, o 60 segundos de arco (60''). El objeto más pequeño que puede resolverse con telescopios portátiles mide aproximadamente 1 segundo de arco (1'').
Nuestra costumbre de dividir la circunferencia en 360 grados la instauraron los babilonios en el tercer milenio a.C. Aquel pueblo usaba un sistema de numeración basado en el número 60, no en el 10, y veían en la circunferencia el símbolo del movimiento anual del Sol, que dura unos 360 días. Para ello era natural dividir el círculo en 360 grados, con cada grado dividido a su vez en 60 minutos. Seguimos usando el símbolo babilonio para el Sol (un pequeño círculo) como abreviatura de grado. El mismo principio se aplicó al concepto de día. Los babilonios lo dividían en 12 intervalos de una hora, cada uno de los cuales constaba de 60 minutos.
1 comentario:
Interesante post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
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